En la actualidad la Educación plantea nuevos desafíos que a la vez deben considerarse como oportunidades, éstos incluyen entre otros los dos elementos que adquieren cada vez mayor presencia en nuestra cotidianeidad y que además están íntimamente relacionados. La tecnología y el Inglés, ya que el aprendizaje de un segundo idioma permitirá que los niños se integren de mejor forma a la sociedad más tecnologizada y globalizada, pues claramente podremos utilizarlo como una herramienta muy poderosa para enfrentarse a una sociedad que cada vez se torna más competitiva.
Ahora, no sólo debemos considerar el elemento tecnológico, sino que también los demás aspectos de nuestra vida que se ven beneficiados al aprender a hablar una segunda lengua a temprana edad. Desde el punto de vista social, el Inglés nos permite ampliar nuestro conocimiento de las personas, la tecnología por su parte nos da la posibilidad de comunicarnos en tiempo real con aquellos que se encuentran en lugares apartados, situación que se ampliará en forma considerable si somos capaces de llevar a cabo esa intercomunicación hacia individuos angloparlantes.
Culturalmente hablando, los niños y niñas tendrán mayores posibilidades de conocer elementos de otras sociedades sin la necesidad de viajar para adquirir ese conocimiento, de esta forma irán adquiriendo un aprendizaje que los llevará a reconocer lugares y costumbres de diferentes países, sin la necesidad de haber estado ahí.
Desde el punto de vista cognitivo, “El niño o la niña son vistos como constructores activos de su conocimiento y, por lo tanto, del lenguaje”.(Piaget). Chomsky propone la existencia de una «caja negra» innata, un «dispositivo para la adquisición del lenguaje» y para Skinner, “el aprendizaje del lenguaje se produciría por simples mecanismos de condicionamiento”.
Cualquiera que sea el enfoque que queramos aplicar para responder a la pregunta inicial, debemos convenir en que existe claridad respecto a que mientras más temprano comience la relación con el segundo idioma, mejor será, puesto que cualquier lenguaje, incluido el propio, se aprende imitando sonidos y jugando con ellos. Para los niños esto se transforma un juego que disfrutan realizar, en el cual también hay un elemento lingüístico asociado y es el hecho que a más temprana edad el acento nativo es casi nulo. En el caso de los adultos, éstos podrán adquirir un amplio manejo de la gramática y un extenso vocabulario, sin embargo será extremadamente difícil eliminar el acento nativo.
El resto de los elementos que el menor va adquiriendo durante su aprendizaje, los irá aprendiendo de quienes sean responsables de su educación, éstos deberán reforzar las palabras nuevas y las formación de estructuras gramaticales cada vez más complejas, además de corregir los errores en la verbalización de estas formas. Lo anterior no sólo se relaciona con la educación tradicional, sino que cuando uno o más integrantes del grupo familiar domina el Inglés u otro idioma, se tornará más fácil la relación que se pueda llegar a tener con este segundo lenguaje.
Claramente el proceso en cuestión es gradual, y sigue un modelo de desarrollo muy parecido al de adquisición de la lengua materna. Es así como en un comienzo formamos frases, luego oraciones simples y finalmente complejas. Para conversar tenemos que llegar a los dos años de edad, mientras que el desarrollo completo del lenguaje abstracto es necesario esperar a que los niños tengan entre 5 y 7 años de edad.
En algunos colegios ya se enseña Inglés desde Kinder o incluso desde antes, lo que sin lugar a dudas es lo ideal, mientras más pequeños los niños logren iniciarse en el aprendizaje de un segundo idioma, les será más fácil internalizarlo y hacer de éste, parte de su diario vivir.
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